domingo, 25 de octubre de 2009

El misterioso caso del niño que levitaba. 1ª parte

Verano de 2006. Un período de tránsito entre dos etapas diferentes de mi vida, un período vacacional que comencé deseando no volver a tener que estudiar en meses, tras esas últimas semanas de estrés que culminaron en los tres días de exámenes de selectividad. Fue esta circunstancia la que me hizo llegar unos días más tarde a la playa donde veraneaba normalmente todos los años. Cuando por fin pude hacerlo, no sabía que allí me esperaba uno de los más inquietantes misterios a los que he tenido que enfrentarme personalmente. Un suceso que desafiaba las leyes de la física tal y como las conocía, y que tal vez, sólo tal vez, diera un vuelco a gran cantidad de creencias acerca de lo sobrenatural. Esta historia llevo queriendo escribirla desde los comienzos de la existencia de este blog (fue una de los motivos por los que lo creé), pero por unas razones u otras la he ido posponiendo, hasta ahora. Todo lo que relataré a continuación, exceptuando posibles fallos de memoria, es completamente verídico.

Todo empezó con normalidad. Me reencontré con amigos a quienes no veía desde el año pasado, nos contábamos brevemente cómo había ido el curso y, como yo fui de los últimos en llegar, se relató alguna anécdota que había ocurrido allí en mi ausencia. Sin embargo había una cosa que al parecer estaban esperando decirme para ver qué opinaba. Mirándose entre ellos y entre sonrisas me contaron que había un niño al que yo aún no conocía (llamémosle A), que parecía ser capaz entre otras cosas de levitar sobre sus pies. Me dijeron que lo habían visto todos ellos y algunos amigos más, que se levantaba unos 5 ó 10 centímetros del suelo con los pies juntos y podías pasar la mano por debajo para comprobar que no había nada. Decían también que hacía flexiones sobre la superficie del agua, y puede que una cosa más que no recuerdo. Me quedé intrigado. Yo ya era desde hacía tiempo lo que podría llamarse la "autoridad científica" (o el "friki", "nerd", etc.) del grupo, y no parecía que aquello lo dijeran en broma, sino para que les confirmase si eso era o no posible, o cómo podía ser. Yo me quedé pensativo ante esta noticia. Todo lo que sabía de ciencia me decía que aquello no era posible, pero ¿con tal cantidad de testigos? Esto era algo que tenía que tener en cuenta. De modo que, como en un truco de magia, pasé directamente de negar los hechos y me dediqué a pensar cómo podría hacerse. Les comenté que, para la flexión sobre la superficie del agua, tal vez arqueando la espalda hacia atrás a la vez que se estiraban los brazos hacia abajo haciendo muy poca fuerza sobre la superficie del agua, con un movimiento rápido, tal vez pudiera lograrse el efecto. Pero con la información de que disponía no podía estar seguro de nada. Unos cuantos testimonios verbales no eran suficientes para sacar algún tipo de conclusión. Necesitaba verlo con mis propios ojos.

Dos días pasaron en los que alguno de los que no estaban presentes en la conversación anterior confirmaron lo que habían visto (o notado incluso al pasar la mano), hasta que por fin coincidimos con el tal A en la playa. A una cierta distancia en el agua, sabiendo que le veíamos, hizo alguna de esas flexiones, aunque sin gafas me resultaba difícil verlo en detalle. Pero sólo hacía una a la vez y bastante brusca, no repetidas, lo que me resultó… interesante. No se dedicaba a hacer el ejercicio repetidamente como me había sugerido lo que me contaron. Ese mismo día pude hablar por primera vez con él. No empecé haciendo preguntas directas, y además él insistió en que no se enterasen sus padres, porque no sabían nada y no quería que le tratasen como a alguien extraño, algo que comprendería en caso de que fuera verdad. Actuaba como si en realidad no quisiera llamar demasiado la atención. De modo que mi pregunta fue la siguiente: "¿Desde cuándo notaste que eres capaz de hacer esas cosas?". Su respuesta, en un momento así, me resultó especialmente chocante. "Un amigo me enseño a hacerlo el año pasado", me dijo. Pocas cosas me esperaba menos que eso. ¿¿Qué?? ¿Un amigo? Después de pensar en cómo podía ser posible que este niño fuera capaz de elevar sus pies del suelo sin tocarlo, dejando un hueco suficiente como para pasar la mano por él, rompiendo con importantes partes del conocimiento aceptado hasta el momento, ¿resulta que un amigo puede enseñártelo y lo dominas en menos de un año? La credibilidad que le había ido otorgando hasta ese momento se fue por los suelos. Realmente necesitaría verlo por mí mismo para pensar que lo que corroboraban tantos testigos realmente era posible.

Y la oportunidad llegó, no recuerdo si ese mismo día o el siguiente. Dada la enorme cantidad de gente que hay en la playa, la levitación se haría en el agua, donde los que estábamos muy cerca podríamos verlo, pero no sería obvio para todo el mundo. No me habían mencionado antes este detalle. Al parecer todos los que le habían visto levitar lo habían hecho así, y comprobando rozando con las manos las plantas de sus pies que no estaba tocando el fondo. Hmm… otra pequeña decepción, ya que esperaba verlo flotar en el aire por encima de la arena, pero de todas formas seguí adelante. Cuando llegamos a la profundidad a la que se sintió cómodo para hacerlo e iba a empezar, caí en la cuenta de algo importante. Y es que para pasar la mano por debajo de sus pies tendría que introducir parte de la cabeza bajo el agua, impidiéndome comprobar si se apoyaba en alguien por encima de la superficie o algo similar sin que yo lo pudiera ver. Muy listo. Cuando dijo que lo iba a hacer y al ver que no me apoyaba en el fondo, le dije que adelante, que estaba preparado. Sería uno de mis pies lo que pasaría por debajo de los suyos.

Sin embargo no salió muy bien. Al parecer el usar el pie en vez de las manos hizo que perdiera el equilibrio, pero de todas formas yo no noté nada indistinguible de lo que habría pasado si simplemente se hubiera apoyado en los talones y levantado la parte delantera de sus pies, y así lo dije. Una demostración en el agua no parecía ser suficiente para ver las cosas claras, de modo que se acordó hacerlo más tarde en "tierra firme". Nos dijo que eso sería más difícil y que tendría que hacer algunas pruebas antes, y esa tarde, mientras estábamos los amigos también en la playa, A pasó el rato con B, el hermano de uno de los del grupo (a quien llamaremos C) detrás de unas casas haciendo intentos, tratando de que no les viera nadie.

Más tarde parecían haberse dado por satisfechos, pero no obstante, alegando que el esfuerzo le cansaba y no querían que les viera gente, dijeron que A nos lo mostraría esa noche en casa de B y C, para poder descansar mientras tanto, y que estuviese todo más bajo control. De modo que por la noche nos reunimos todos los amigos, como solíamos hacer algunos días, y esperamos. Allí nos informaron de que a A realmente le costaba hacerlo fuera del agua delante de tanta gente, de modo que lo que harían sería grabarlo en vídeo en una habitación y que cuando lo tuvieran listo me lo enseñarían. Me resultó curioso, pero insistieron en que fuese yo el único en verlo al menos la primera vez. Yo sabía que B ya me tenía bastante calado y que era consciente de que sería difícil engañarme con algún truco. Parecía que algo de eso se reflejaba en su cara, pero ¿quién sabe? ¿Sería todo una farsa como sospechaba? ¿O tal vez el usar el pie en el agua en vez de la mano realmente le impidió demostrarlo bien? La verdad es que con el pie fue todo algo más brusco de lo que hubiera esperado. Y si de verdad se ponía nervioso y le costaba más realizar la proeza, sería algo a tener en cuenta. De todos modos, no tenía más que esperar a que se dieran por satisfechos con la grabación. No tardaron demasiado. Cuando ya lo tenían en la cámara, me dijeron que fuera, entré, y cerraron la puerta. En la pantalla de la cámara de fotos digital que me tendían se veían sus piernas, grabado desde la parte trasera izquierda. Desde luego si se le veía levitar desde ese ángulo, no tendría los tobillos apoyados en ningún sitio. Todo lo que tenía que hacer era pulsar play, y así lo hice. En ese momento pude ver cómo empezaba a elevarse, con algún amago de pérdida de equilibrio, y bajar de nuevo…

Y entonces lo comprendí todo.



NOTA: Si alguna de las otras personas que vivieron el suceso lee esta entrada, ruego que no revelen nada de lo que sucedió a continuación. Dentro de unos días haré otra publicación con la segunda mitad de la historia, y todas sus implicaciones…

13 comentarios:

  1. Publica la segunda parte que me he quedado con la intriga!!

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  2. La segunda parte no está escrita aún, pensaba dejar pasar unos días o así entre una y otra. Yo de momento sólo digo que todo esto ocurrió realmente.

    ¿Cuál piensas que será el desenlace?

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  3. Hombre, está claro que ahí hay tongo... Si se le veían sólo los pies en el vídeo, lo mismo es que se estaba levantando a pulso...

    Secundo lo que dice Wis_Alien: Queremos más ^^

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  4. Eso también lo pensé yo después, como una posibilidad, de hecho, pero las manos parecían estar en el aire, algo extendidos para no perder el equilibrio, que por su movimiento daba la impresión de centrarse sobre los pies. Creo recordar que se veía la sombra de los brazos en la pared de detrás, además.

    Saludos.

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  5. Aja, critical thinking!!

    No tardes mucho con el desenlace, que me pica la curiosidad!!

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  6. No te tardes ee!!! que me has dejao tambien con la curiosidad....

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  7. Me pregunto qué pasa si doy cierto dato… ¿Sabéis la comunidad de los que no conocen a nadie con poderes paranormales?

    Buscadme entre los miembros.

    Saludos! :P

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  8. Ooooh, qué desilusión, yo que estaba convencido de que era levitación de verdad... [/ironic]

    Por cierto, gracias por el enlace. Había intentado unirme a la comunidad de gente que no conoce a nadie con poderes paranormales desde el blog de Eugenio, pero al parecer tenía el enlace mal puesto o algo, y me llevaba a su perfil (o no sé que fe lo que lié..). Ya soy miembro :-D

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  9. Yo no. De ahí el comentario de antes ;)

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  10. Hey!! Yo esperando esperando a ver si podía leer las dos partes juntas... ¡y no!
    Vaya historia tan curiosa... a saber cómo se las habrá ingeniado para que pareciera que levitaba...
    Date prisa ;)

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  11. ¿Falta mucho para la segunda parte?

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  12. Qué curioso.

    Me acabo de quedar a cuadros.

    No había leído tu respuesta...

    Publica la segunda parte anda, que creo que el suspense ya se ha mantenido bastante... A ver qué tiene de paraanormal la levitación esa... :P

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  13. No, si ya no era por el suspense… Pensaba dar una semana y de repente me encontré con un montón de trabajo de golpe durante todo este tiempo.

    A ver si está publicada pronto la segunda parte.

    Saludos!

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